La sal en su estado natural es el elemento más rico en minerales y
oligoelementos, imprescindible para la vida. Pero a alguien se le
ocurrió que quizá su aspecto era muy basto y decidió refinarlo, o
directamente quería envenenar a la gente. Básicamente se puede resumir
en que al refinarla le quitan multitud de elementos y nutrientes
naturales, de manera que queda inerte y el cuerpo no lo puede asimilar
de forma natural. Por si fuera poco luego le añaden yodo y fluor, tócate
las narices, de manera artificial por supuesto,...queda claro pues que
la sal no sólo es buena, sino imprescindible, pero eso sí, sin refinar,
tiene que ser pura, en estado natural, ya sea de mar o de roca. Os dejo
unos artículos muy buenos.
Saludos.
extraído de http://banderag.wordpress.com/2010/01/1 ... ro-veneno/
Sal refinada de mesa: puro veneno
La sal que hoy compramos en el supermercado tiene muy poco que ver con la sal tradicional que se consumía antiguamente.
Por
eso la “sal de mesa” de hoy es considerada la causa de muchas
enfermedades y se le denomina, junto al azúcar refinado, los “venenos
blancos”.
Lo que conocemos hoy por “sal de mesa” es cloruro
sódico al que casi siempre se añade yodo y flúor, y por tanto no es un
alimento saludable, sino más bien algo perjudicial para el organismo
humano.
La sal cristalina natural no está integrada por los tres o
cuatro elementos de la sal de mesa sino por los 84 que componen nuestro
cuerpo y en la proporción exacta.
La sal cristalina natural,
tanto la que procede del mar como de las montañas, contiene los 84
elementos que compone el cuerpo humano en su proporción exacta. Poca
gente sabe que la composición de la sangre humana es prácticamente
idéntica al agua salina del “mar primario”, es decir, una solución con
la misma concentración de elementos que tenía el mar hace millones de
años.
MANIPULACION Y ADULTERACIÓN INDUSTRIAL DE LA SAL
La
industria decidió un día convertir la sal cristalina natural en simple
cloruro sódico, porque los científicos de la época afirmaron que los
demás elementos que contenía (minerales esenciales y otros
oligoelementos) eran innecesarios y bastaba el cloruro sódico para salar
los alimentos. Desde entonces cualquier parecido entre la sal que ahora
consumimos y la sal natural es inexistente. De un alimento que era “oro
puro” porque proporcionaba al ser humano todos los elementos necesarios
para su subsistencia en la proporción exacta que el organismo necesita
se pasó a consumir un producto que es “veneno puro”, como bien saben los
investigadores y médicos.
A la toxicidad del cloruro sódico hay
que añadir la del yodo y el flúor, minerales que hoy se agregan
artificialmente a la sal. El yodo (tóxico cuando se sobrepasa el mínimo
necesario) se añade porque se supone que mejora la función de la
tiroides; y el flúor (uno de los elementos más radioactivos que existen)
porque afirman que este veneno evita la caries. Un sarcasmo.
Además
a la sal de mesa se le añaden conservantes cuya declaración en los
envases no es obligatoria: carbonato de calcio, carbonato de magnesio y
los denominados E-535, E-536, E-540, E-550, E-551, E-552, E-553b, E-570,
E-572, así como hidróxido de aluminio, como antiapelmazante. Hay que
decir que el aluminio es un metal tóxico que cuando se consume en exceso
se deposita en el sistema nervioso y en el cerebro, y muchos
investigadores independientes vienen denunciando que podría estar detrás
del cada vez más alto nivel de enfermos de Alzheimer. A pesar de esto,
el aluminio se sigue utilizando en la mayor parte de los envases
metálicos en los que se comercializan toda clase de bebidas como
refrescos y cervezas.
LA SAL DE MESA ES TÓXICA
Incuestionablemente,
el cloruro sódico, componente básico de la sal refinada de mesa que
masivamente se consume (téngase en cuenta que la gran mayoría de los
productos preparados llevan sal como conservante), es una sustancia
tóxica que sobrecarga el organismo, por lo que éste intenta eliminarlo
lo antes posible.
Al ser humano le bastan 0,2 gramos al día para
tener cubiertas sus necesidades de sal y en Occidente el consumo medio
diario por persona está entre 12 y 20 gramos. Como nuestro cuerpo sólo
tiene capacidad para eliminar entre 5 y 7 gramos diarios de cloruro
sódico, los órganos de eliminación suelen estar constantemente
sobrecargados.
Nuestro organismo intenta protegerse de esa
sobrecarga hidratándose. Para ello el cuerpo necesita 23 gramos de
“agua” por cada gramo de cloruro sódico que no es capaz de expulsar…
pero de “agua celular”. Es decir, el cuerpo se ve obligado a sacrificar
el agua de las células a fin de evitar el efecto negativo del cloruro
sódico. Y eso hace que mueran millones de células deshidratadas con lo
que, además, se forma tejido muerto que también hay que eliminar. Por
eso el consumo excesivo de “sal de mesa” provoca la formación de edemas y
tejido acuoso con exceso de ácido; por lo que el exceso de sal de mesa
es causa de la celulitis.
Pero hay más: cuando el consumo es
excesivo llega un momento en el que el cuerpo ya no puede dedicar a esa
labor de desintoxicación más agua celular y utiliza otra vía para
resolver el problema: la cristalización del cloruro sódico en huesos y
articulaciones, dando lugar a la formación de piedras renales y de
vesícula así como a la artritis, artrosis y enfermedades reumáticas.
LA SAL ES IMPRESCINDIBLE PARA LA VIDA
La
sal natural es absolutamente imprescindible para la vida. Lo
perjudicial es la sal de mesa refinada que nos hacen consumir. Una sal
que sólo contiene cloro y sodio además de yodo y flúor. Minerales que no
están en la proporción natural que deberían hallarse y que han sido
alterados en el proceso de manipulación industrial.
Paradójicamente,
la mayoría de la gente tiene carencia de auténtica sal, incluso las que
están sobrecargadas de cloruro sódico. De esa sal que contiene los 84
elementos que componen nuestro organismo en una proporción concreta y
cuyas frecuencias no han sido alteradas porque pertenecen a la
estructura geométrica natural de la sal sin manipular.
ORIGEN DE LA SAL
La
sal se puede obtener del mar o de las minas de sal terrestres. Pero hoy
los mares tienen un alto nivel de contaminación, con acumulación de
metales pesados como el mercurio, plomo, cadmio y arsénico, entre otros.
Tóxicos que hacen que la sal marina, aún siendo mucho mejor que la sal
refinada de mesa, no tenga ya el mismo efecto positivo que tenía.
La
única sal pura y completa de la Tierra se encuentra hoy únicamente en
los lugares donde hace millones de años se secaron los mares primarios:
las minas terrestres.
Esta sal contiene todos los elementos que
se encuentran en nuestro cuerpo y, que debidamente mezclada con agua,
nos ofrece toda su energía almacenada junto con su contenido en
biofotones. En ellas hay dos tipos de sal: la que compone el 95% de la
mina y que es “sal gema” y otra que se encuentra en forma de vetas y que
tiene forma cristalina: la “sal de cristal de roca”. Ambas son
naturales, contienen los 84 elementos ya mencionados y, por tanto, son
de mucho mayor valor que la sal de mesa industrial. Ahora bien, los
elementos contenidos en la sal gema no se encuentran en estado coloidal y
su aprovechamiento es mucho menor que el de la sal de cristal que sí ha
estado expuesta a enormes presiones durante millones de años.
Obviamente, cuanto más elevada haya sido la presión más completa será la
estructura cristalina generada. Por tanto, el cristal de roca tiene una
geometría y una composición orgánica perfecta pero la sal gema no.
La
sal de cristal se encuentra en forma de vetas o filones cristalinos de
color blanco transparente, rosado o rojizo en las minas, rodeadas de sal
gema. Vetas que suelen suponer el 1% de toda la mina y se deben extraer
manualmente para no alterar su estructura, por lo que su explotación ha
sido hasta hoy muy limitada al ser poco rentable. Afortunadamente, ya
se ha empezado a comercializarse sal de cristal procedente de minas del
Himalaya. Una buena noticia porque, según los expertos, su consumo
regular puede aliviar o curar numerosas enfermedades.
Basta tomar
en ayunas cada mañana una pequeña cucharada de café de la solución
salina (máximo dos) mezclada con agua mineral. Teniendo en cuenta que lo
importante no es tanto la cantidad como la periodicidad de la ingesta.
Desde el punto de vista bioquímico, estimula en pocos minutos la
actividad gastrointestinal, el metabolismo y la digestión. Además,
reestablece el equilibrio electrolítico mejorando la conductividad en
nuestro cuerpo con la consiguiente mejora de la circulación.
Además,
como la solución salina es un medio excelente para conseguir el
equilibrio entre lo ácido y lo alcalino se puede con su ingesta eliminar
metales pesados como el mercurio, el plomo, el arsénico, la amalgama y
los depósitos calcáreos ya que la sal cristalina es capaz de romper
uniones moleculares. En suma, la ingesta diaria de sal de cristal
implica someter al organismo a una verdadera cura de desintoxicación al
librarle de los depósitos calcáreos, de metales pesados y de otros
residuos.
Y su preparación es sencilla: basta echar un poco de
agua mineral en el frasco en el que se comercializa la sal en forma de
rocas de cristal y en poco tiempo el agua se convertirá en una solución
salina con la proporción exacta de los 84 elementos mencionados. Déjela
allí ya que una vez saturada de sal los cristales no se seguirán
disolviendo.
OTRAS PROPIEDADES
Quienes han investigado las
propiedades de desintoxicación de la sal de cristal advierten que en la
etapa inicial pueden empeorar los síntomas que se tienen e, incluso,
aparecer otros nuevos. Es decir, se siente a menudo un empeoramiento. Es
normal. En el caso de enfermedades reumáticas como la gota, la artritis
y la artrosis, es decir, en enfermedades donde ya se han formado
cristales, debe tomarse la solución salina durante varios meses. Hace
falta tiempo para que el organismo disuelva los depósitos y los elimine.
Y lo mismo ocurre con las piedras renales y de la vesícula biliar. En
todo caso, para evitar que la expulsión de las piedras provoque los
clásicos cólicos -tan dolorosos- conviene consumir simultáneamente agua
dialítica.
También puede aparecer diarrea por su efecto laxante pero
aunque sea desagradable es señal de que está teniendo lugar la
purificación del intestino.
Cabe decir que la sal de cristal es
eficaz en muchas afecciones cutáneas y es también útil para la higiene
de la boca ya que evita la formación de sarro y caries.
extraído de http://organicos.eu/sal-marina-vs-sal-comun/
Hoy
día, la mayoría de la gente añade a sus alimentos sal de mesa o sal
común. Sin embargo, quienes se preocupan por su salud han elegido
reducir su consumo e incluso sustituirla por otras alternativas menos
dañinas.
Peligros de la sal de mesa
Esta sal refinada ha
sido despojada de todos sus nutrientes, hasta ser reducida a un solo
elemento: el cloruro de sodio. En ocasiones se le añaden aditivos y
preservantes, como flúor, yoduro de potasio, bicarbonato de sodio,
fosfato de cal e hidróxido de aluminio. La sal refinada provoca que
consumamos mucho más sodio del que necesitamos, causando serios
problemas a la salud: hipertensión arterial, enfermedades
cardiovasculares, retención de líquidos, obesidad y celulitis, entre
otros.
Además, los aditivos que contiene causan otros
padecimientos. Basta decir que el hidróxido de aluminio, añadido para
evitar apelmazamientos y contenido también en el polvo para hornear, ha
sido relacionado con el padecimiento de Alzheimer.
La sal
refinada industrialmente es antinatural, y por lo mismo el cuerpo, al
igual que sucede con el azúcar refinado, no la reconoce y es incapaz de
metabolizarla. Esta sustancia, lejos de ayudar al cuerpo, lo intoxica.
Beneficios de la sal marina
La
sal marina se obtiene de manera natural mediante la evaporación del
agua de mar. A diferencia de la sal de mesa, contiene menor cantidad de
cloruro sodio y es más rica en minerales y oligoelementos.
Por
otro lado, tiene un sabor más acentuado que permite emplear menor
cantidad para dar el mismo sabor, por lo que es muy recomendable para
llevar una alimentación saludable. Provee al cuerpo de 80 minerales
esenciales; en cambio, la refinada ha sido despojada de todos ellos,
menos de dos. Los minerales que contiene, entre ellos magnesio, potasio y
yodo, se encuentran en su estado natural y han sido añadidos
artificialmente.
La sal marina regula la presión arterial, reduce
el exceso de acidez en las células del cuerpo y las provee de energía,
equilibra los niveles de azúcar en la sangre, favorece la absorción de
nutrientes en el tracto intestinal, limpia los pulmones de mucosidad y
previene los calambres musculares, entre otros beneficios.
Bueno el articulo
ResponderEliminarSI LA SAL DE MESA Y EL AZÚCAR TIENEN EFECTOS TAN SUMAMENTE NEGATIVOS, ¿POR QUÉ EL MINISTERIO DE SALUD PERMITE SU COMERCIALIZACIÓN EN MASA?, SOBRE TODO EXISTIENDO SALES MINERALES TAN BENEFICIOSAS PARA LA SALUD, SI POR UN LADO SE GASTAN MILES DE MILLONES EN SUBSANAR LOS DAÑOS PORQUÉ PERMITEN QUE NOS ENVENENEN OLÍMPICAMENTE, TANTO LA SAL EL AZÚCAR Y EL PETRÓLEO TIENEN UN MISMO DENOMINADOR COMÚN, LA PASTA GANSA DE UN ARTÍCULO PRESCINDIBLE...
ResponderEliminarDEMASIADO INTERESANTE, TE DOY UN ESPACIO EN MI MURO , SALUDOS!!
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